lunes, 8 de febrero de 2016

La nada... el todo...


     Discernir entre la nada y el todo, entre nadar o ahogarse, entre la orilla o el horizonte...

     Intentaba amarrarse a una tabla de salvación cualquiera cuando en realidad no la necesitaba, porque la única forma de seguir a flote era usando sus propios brazos. El problema era que no sabía moverlos bien, los agitaba sin control, no manejaba la respiración, sus piernas iban descordinadas... Empezó de pronto a recordar que alguien le había enseñado una vez como acompasar todo, como balancear su cuerpo de lado a lado como si fuera una tabla de surf movida por las olas. El agua estaba en calma y no le quedaba otra que remar, remar clavando bien sus manos en el agua, rompiendo esa barrera que creía insalvable. Fue entonces cuando descubrió que el agua era maleable, que podía manejarla a su antojo y hacer figuras con las gotas que salpicaba. Poco a poco fue dejando tras de sí un surco, unas veces mejor marcado, otras peor, pero al fin y al cabo eso ya no importaba, porque quedaba detrás, quedaba en una zona en la que ya no estaba, a pesar de que a veces le costara salir de la primera palmada en el agua.

     Cada día volvía al lago, tenía que probarse se decía, y repetía la misma operación, una mano, una pierna, respiración, una mano, una pierna, respiración... parecía tan sencillo a veces que se volvía un poquito más valiente a cada brazada, alejándose un poco más de la orilla, sólo que a veces le asaltaba el miedo y decidía volver a suelo firme.

     Aún no ha conseguido llegar al otro lado, sigue viendo todo borroso, como si la niebla no fuera a dejar la tarde de paseo, como si el sol estuviera tan escondido que no fuera jamás a iluminar de nuevo el agua para dejar destellos de luz por todo aquello que tenía alrededor y no era capaz de ver. Poco a poco pensaba, pero a veces el surco que dejaba a su paso, parecía arrastrarle de nuevo hacia atrás... poco a poco decía, poco a poco...

1 comentario:

  1. El camino se hace andando...da igual la velocidad que lleves.
    Hay puertas de entrada y salida.

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