domingo, 20 de septiembre de 2009

La chica del agujero.


Llegó como de la nada, de la más absoluta oscuirdad salió su cuerpo frágil, atormentado por las héridas de una vida que intenta dejar atrás.
Empieza a caminar entre las rocas, tambaleandose e intentando no caer, reuniendo la fuerza que tiene esparcida por todos los rincones olvidados de su alma para mirar al frente. Sus ojos apenas ven entre tanta luz, siguen cegados por el negro interior de su cuerpo, y va palpando con las yemas de sus dedos el aire por el que debe ir deslizandose suavemente.
Igual que en un sueño, se siente un ser ligero, casi sin peso y todas las cosas atraviesan su cuerpo sin hacerle el más mínimo daño. Su vista al frente, su pelo volando, sus labios saboreando agarrando la libertad para poder saborearla.
Abandona ya su agujero, la opacidad presionó sus poros hasta la estenuación y su piel apenas podía respirar. El sol la vigila en lo alto, ha vuelto al punto que ella quería, simplemente su final no le gustó, o no podía ser ese, cree en otro mejor para ella, cree que debe seguir buscandolo.


((( Un cuento lleno de ventajas... cuando llegas al final, caes por un agujerito y vuelves a empezar en la mitad de la historia... )))
Lucía y el sexo.
Julio Medem.-

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