lunes, 18 de enero de 2010

Paseo marítimo...Manzanares.


Llueve y no para de llover en la ciudad, llueve y el mundo se ha vuelto loco entre tanta humedad. Llueve y el rio ha tomado vida, llueve y la población dormida ha salido a pasear.
Llueve y los campos se han hecho mar, las personas gaviotas al pasar, los paseos son ahora puerto, y el agua no para de brillar.
Brilla la luz de las farolas deslizandose por la superficie, sintiendose enormemente bellas, largas, estilizadas, pues la tierra jamás le dejo verse en ella. Brilla la gente acercandose a observar, brillan los flashes de las cámaras en cada esquina, brillan las sonrisas de los niños al imaginar que este verano no tendrán que viajar para ver el mar.

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