domingo, 24 de abril de 2011

Las nubes tambien lloran.

Baja el manto de las nubes que se ha descolgado de su pelo hasta la ladera de las montañas, como un telón que cierra la función, tapa las vistas mas lejanas, esconde los rayos de luz que quiere mandar el sol.
Se deslizan las lágrimas de las nubes por el cielo como si no existiera distancia, como si hubiera una carretera que las guiara directamente hasta clavarse en los poros de la tierra, empapandola, convirtiendola en barro para que nada sobre ella tenga la estabilidad suficiente para mantenerse en pie facilmente.
Ya lo ves pequeña, hasta las nubes lloran, y dejan en la cara del viento su rastro triste y gris, como esos surcos que se marcan en la piel del ser humano que deja que sus lágrimas tomen vida en sus ojos y mueran estrelladas con el suelo. Así es, hasta ellas que están en lo más alto, que parecen reinar y manejar todo, desde las más blancas hasta las cargadas de ese azul profundo, son frágiles ante la tristeza del mundo. Se hacen endebles y dejan fluir el agua contaminada de dolor, dando un toque de atención, descargando su ira contra nosotr@s, inundando campos, pueblos y montañas, haciendonos ver que el mundo sin sus lágrimas no sería nada.

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